lunes, 22 de junio de 2009

De regreso

La noche era templada, expresión que le sonaba extraña y le robaba una sonrisa socarrona al mismo tiempo.
Esta vez quería volver a tenerle miedo, deseaba que las pesadillas se acercaran y estén junto a él.
Sólo así sabría que estaba de regreso.
Era lo que quería, volver.
Romper moldes, paredes, lo conocido, lo marcado, lo impuesto y hasta lo correcto.
Añoraba recuperar algo, ah ya sé qué. Recuperar la sorpresa.
También la ingenuidad, pero la que sirve. No esa que te vuelve zonzo.
¿Imaginar acaso? Claro, imaginar.
Aprender nuevamente, volar estando acostado. Cultivarse, ilustrarse, instruirse, profundizar sin darse cuenta.
La noche a la que tanto temía de niño lo traería tal cual máquina del tiempo.
Esta noche quería embriagarse.
Sí, embriagarse. Vivir ebrio es válido, más si te sientes beodo de tanta vida que te invade.
Incluso sin darte cuenta de semejante estado.
Solución ad hoc, válida por cierto.
Y aunque el calendario insistiera con sus caprichos, sabía que de esa forma iba a resucitar al niño que tanto necesitaba.

1 comentario:

  1. Ojalá todos nos volviéramos un poco más niños. Besos amigo

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