miércoles, 22 de septiembre de 2010

Ella

Ella puede repetir los mismos errores que las otras, como hablarme en el medio del partido, hablarme cuando me estoy duchando o lavando los dientes e insistir creyendo que la escucho. La diferencia es que en ella no me rompe las bolas.
Responsable? El amor.

miércoles, 24 de junio de 2009

Camino

Caminaba como siempre y como nunca, el recorrido diario cambiaba con la oscuridad. El cambio de horario, ayudado por la llegada del invierno, le daba otra atmósfera a todo.
El charco de la acera recién limpia era casi el mismo, solo que el reflejo de la luna le daba un matiz especial. La radio del encargado del edificio daba las noticias que nadie escuchaba, para tener algo de fondo como dicen, una compañía.
El puesto de diarios cerrado pero con los periódicos del día al costado me hacía ruido, extraño que el reparto haya pasado antes. ¿O sería así la rutina? Como saberlo, mañana quizás tenga la respuesta.
Mientras camino me doy cuenta que la oscuridad no afloja, que le gusta estar. Pendiente de ella me olvido del frío, aunque note su efecto en los vidrios empañados y la escarcha sobre el pasto.
Con la cabeza en un estado extraño quiero recordar parte del camino y me doy cuenta que caminé sin observar, como si tuviera los ojos cerrados.
A unos cien metros y antes de cruzar la calle un taxi me hace luces, busca su último viaje o el primero. Quizás sólo no quiere atropellarme, extraña conducta hoy en día.
De repente un recuerdo se acerca y mi mamá me lleva de la mano como cuando iba al colegio en esas mañanas frías de Buenos Aires, todo tapado, dos pantalones, calzones largos, dos pares de medias, buzo, y campera. Seguro que vino porque vio que me faltaba abrigo, la mama es la mama.
Fantasmas de los buenos, a no creer que sólo les gusta jodernos. Otros los llamarán ángeles de la guarda, seres que nos cuidan, como sea.
La duda que tengo, y no puedo apartar, es si estoy soñando o despierto. Pienso en el futuro tratando de que el pesado día que viene por delante no corte con mis sueños. No se por que pero al futuro siempre lo veo mejor, claro que antes vi este presente de hoy como futuro y seguro era distinto.
Doblo y en esta calle la oscuridad se torna más fuerte, a lo lejos veo una luz pequeñita que indica la puerta de mi destino. A pesar del frío desacelero, no es que no quiera hacer lo que debo pero estoy tan bien conmigo mismo, en silencio, viajando en recuerdos y en futuros. Creo que si voy más lento esto sea un sueño, solo trato de engañarme. Sé que un sueño es más raro y carece de lógica alguna siempre en algún rincón. Acá sólo hay realidad, la duda se desenterró, acepto lo que me toca. Que extraño se siente, acepto la materialidad y mi existencia adquiere un estado de felicidad.

martes, 23 de junio de 2009

Libre

Inerte ante el tiempo, estado actual que lo acompañaría un rato más.
Prefería pensarlo así, darle una duración pequeña aunque sin límites era un auxilio, lo atormentaba la idea de que fuera infinito.
Privado de su libertad física pero no intelectual sólo pensaba en construir ventanas en su alma.
Y como una cosa lleva a la otra; su cerebro, que gozaba haciéndose el distraído, sabía que de esta no iba a escapar.
Sabiendo que era fundamental para el alma, le gustaba su papel de héroe a encarnar.
Como fuera ya había dado arranque, no hay marcha atrás. Si la hubiera sería la muerte, y eso implica cobardía. Algo que no iba a experimentar.
Él, y nadie más que él, parecía no sufrir como el resto sino que la vivencia en algún punto él la había volcado a su favor. Sus rasgos se volvían más intensos, por ende más interesante.
Ya no pensaba en injusticias, culpables, venganza, perdón u olvido.
Él era el 443 pero mientras los otros eran eso, números, él era mucho más.
Hasta el tono del guardia de turno era distinto al pronunciarlo. Intenso o más suave no importaba, entre líneas se leía respeto.
Una caricia al ego después de todo es necesaria.
Pasó el tiempo, ya no lo sentía omnipresente. Abrió ventanas en su alma, cada vez más grandes.
Logró un estado sublime. Sorpresivo incluso para él al verse desde afuera con cierta perspectiva.
El tiempo que todo lo toca ya no podía alcanzarlo. Volverse atemporal le daba libertad eterna. Cazó la salida necesaria. Libertad intelectual y espiritual.
Ya no temía a lo infinito del tiempo, él era parte de eso.

lunes, 22 de junio de 2009

De regreso

La noche era templada, expresión que le sonaba extraña y le robaba una sonrisa socarrona al mismo tiempo.
Esta vez quería volver a tenerle miedo, deseaba que las pesadillas se acercaran y estén junto a él.
Sólo así sabría que estaba de regreso.
Era lo que quería, volver.
Romper moldes, paredes, lo conocido, lo marcado, lo impuesto y hasta lo correcto.
Añoraba recuperar algo, ah ya sé qué. Recuperar la sorpresa.
También la ingenuidad, pero la que sirve. No esa que te vuelve zonzo.
¿Imaginar acaso? Claro, imaginar.
Aprender nuevamente, volar estando acostado. Cultivarse, ilustrarse, instruirse, profundizar sin darse cuenta.
La noche a la que tanto temía de niño lo traería tal cual máquina del tiempo.
Esta noche quería embriagarse.
Sí, embriagarse. Vivir ebrio es válido, más si te sientes beodo de tanta vida que te invade.
Incluso sin darte cuenta de semejante estado.
Solución ad hoc, válida por cierto.
Y aunque el calendario insistiera con sus caprichos, sabía que de esa forma iba a resucitar al niño que tanto necesitaba.

viernes, 19 de junio de 2009

Ven más seguido

Llegó lentamente, sorpresivo, sin hacer ruido. Tal cual su costumbre.
Lo agradeces.
Está ahí pero no te molesta, no te habla, nada.
Se percibe porque comienzas a presagiar que tus sentidos crecen.
Se mueven en armonía, conviven sin estorbarse. Tu universo es más grande y pequeño a la vez.
Cierras los ojos, no los necesitas, no los quieres, distraen.
Lo que te rodea está en tus huellas endémicas aunque no quieras.
No sabes cómo pero anulas tus oídos, el tacto también se ha ido.
Ya casi.
La mente en blanco, es el momento. Lo logras, esta vez si.
Tu amigo sale espantado. No lo viste llegar, menos irse. Ya sabes, no está.
“HOLAAAAAA!!!”
Y el silencio huyó.
Volverá.

Sabemos, ¿sabemos?

- Te digo que solo se que no se nada.

- ¿Si?

- No, algo se. No mucho aunque crea lo contrario.

- Yo, a veces confundo tener razón con conocimiento.

- ¿Ves? Yo te dije.

- Al menos no estoy tan estático.

- Imposible estarlo si aún percibes.

- Pero aunque no quiera soy esclavo del contexto.

- En parte si y en parte no, eso es más como ser miope. Conocer te da libertad.

- Ah, como si ampliara el contexto.

- Supongamos. Después de todo cada uno sostiene su opinión como verdadera.

- Yo no!!!

- ¿Seguro?

- Segurísimo.

- ¿Lo ves?

- Lo volviste hacer. Mejor sería que el pasado, absolutamente todo, lo volvieras experiencia. Real, valedera, significativa.

- Vos siempre usando conceptos extraños.

- No entiendo.

- Ah, ahora es al revés.

- Al menos bajo un peldaño y reconozco mi lugar sin complejos.

- Yo no puedo, mi necedad me gana. Aunque a partir de ahora voy a escuchar más.

- Por algo tenemos dos oídos y una boca.

- Filosofía barata.

- Pero útil, piénsalo.